relaciones sentimentales Things To Know Before You Buy
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Había una vez, en las afueras de un pueblo, un árbol enorme y hermoso que vivía regalando a los que se acercaban el frescor de su sombra, el aroma de sus flores y el increíble canto de los pájaros que anidaban en sus ramas.
Es verdad que no somos autosuficientes, pero es nuestro compromiso aprender a amar adultamente, comprender la diferencia entre pedir y exigir, aceptar que el otro puede no tener o no querer darnos lo que hoy necesitamos, y aprender la diferencia que existe entre renunciar y sacrificarse.
¿Quién no conoce a dos personas que tras caerse mal en un principio llegaron a crear un buen matrimonio, o a una pareja profundamente enamorada que acabó en un divorcio turbulento?
Este apoyo incondicional, especialmente en momentos de crisis o incertidumbre, es un claro indicativo de amor verdadero.
Esto nos conduce a valorar el papel de la individualidad en el contexto de una relación de pareja. Girona señala que hay que encontrar un equilibrio saludable entre la individualidad y la vida en pareja y reconoce que se trata de un desafío constante.
Girona argumenta que el amor verdadero "implica buscar la satisfacción del otro, estableciendo así una premisa esencial de reciprocidad y compromiso mutuo".
El amor verdadero es un viaje compartido, donde ambos se esfuerzan por construir una relación basada en el cariño, el respeto y el apoyo mutuo.
Para amar sin dependencia ni necesidad, hace falta valorarnos a nosotros mismos primero. Por tanto, no olvidemos lo siguiente, para decir “te quiero” primero debes saber decir “me quiero”. El amor propio y el conocimiento de uno mismo son las claves para generar relaciones saludables.
Se ajuste o no esta definición a la que anida en ti y determina tu forma de relacionarte, lo cierto es que conseguir no depender de los demás es, sin lugar a dudas, uno de los grandes desafíos de los que luchamos diariamente por una vida plena, es decir, de los que pretendemos ser felices; de los que sabemos que no declararse pendiente de la mirada del otro, de su aprobación o de su aplauso, tiene costos, y que estamos dispuestos a pagarlos, aunque no son para nada baratos.
La sorpresa, la intriga, more info el desconcierto… De pronto damos con alguien que nos atrae por muchos más aspectos que la mera apariencia. Hay una conexión temprana que rompe todos los patrones que hasta el momento habíamos vivido. Esa complicidad casi inmediata nos atrae y nos inquieta.
La pareja se alimenta de la diversidad y, para que esta exista, deben estar definidos los distintos espacios, intereses y tiempos. Debemos hacer saber a nuestra pareja que no dejamos de amarla ni de prestarle atención o tenerla en cuenta a pesar de que nos agrade tener tus espacios de soledad. Porque los espacios personales no son, ni deben ser, una amenaza para el otro.
Por curioso que resulte, los terapeutas de pareja se encuentran muy a menudo con este mismo dilema: el tener que explicar a sus pacientes qué es eso a lo que llamamos “amor verdadero”. Cabe decir también que cada vez que iniciamos una relación nos decimos a nosotros mismos que lo hemos encontrado.
«Romeo y Julieta» de William Shakespeare: Esta obra es quizás la representación más icónica del amor romántico en la literatura. Shakespeare explora la intensidad del amor joven y apasionado, mostrando cómo Romeo y Julieta luchan contra las barreras sociales por su amor, lo que finalmente lleva a un trágico final. Su amor se ha convertido en un símbolo del amor verdadero y sacrificado.
«El Beso» de Auguste Rodin: Esta escultura representa a dos amantes en un abrazo íntimo. Rodin captura un momento de pasión y ternura, destacando la fuerza y la belleza del amor fileísico y emocional.